Por los reencuentros familiares, por las reuniones con amigos (¡con prudencia!), por la decoración navideña, por los días de fiesta (y los de descanso), por la comida rica, por los niños (sobretodo por ellos, ¡los reyes de la Navidad!), por los regalos que hacemos y nos hacen, porque se acerca el Nuevo Año, por la Magia y la Ilusión…
Tenemos muchos motivos para celebrar esta Navidad, pero tú eres la razón principal. ¡Felices fiestas!